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EMOCIONES Y CONTRACCIÓN MUSCULAR.



Este es un artículo que quería escribir desde hace ya un tiempo. A lo largo de mi carrera profesional he encontrado cierta relación entre lo emocional y el dolor. Contracciones musculares, adherencias en las fibras, tejido conjuntivo endurecido, etc... tienen en muchos casos (no todos) ese componente mental. Algunos ejemplos muy evidentes pueden ser las tensiones que se producen por el estrés en la parte del cuello: músculos escalenos, elevador de la escápula o trapecio. Músculos fuertes que tienden a contraerse por el estrés y que pueden afectar al plexo braquial, a la arteria subclavia, a las cervicales produciendo mareos y dolores de cabeza, etc...



Otro ejemplo podría ser el que se produce en ciertos órganos, como el estómago o el hígado. Dos órganos que están influenciados por emociones como la ira, o la capacidad de asimilar la realidad. Afectando así al tejido conjuntivo y pudiendo este afectar a estructuras externas como el diafragma, intestinos, músculos como el psoas, dolores de espalda, etc...



Pero quizá, el hecho más evidente es la postura. Es fácil ver como nuestra postura diaria es un reflejo de nuestro estado de ánimo. Y una postura que no esté alineada siempre va a crear tensiones musculares y ligamentosas que si no se tratan pueden llegar a doler.

¿Qué sucede pues en un músculo contraído y qué relación tiene con el complejo emocional?

Como ya sabemos y he escrito en otros artículos, un músculo contraído produce una cantidad de tóxicos debidos a su continua contracción, a la actividad metabólica de sus células. Cuando el músculo se relaja, es por el fin del impulso nervioso, de la señal nerviosa. Pero también puede ser viceversa, un músculo contraído también irrita el nervio que lo inerva y este verse sensible o irritado impidiendo que las fibras musculares se relajen. Es el pez que se muerde la cola. Esto es fácil de entender, cuando una estructura es comprimida, esta se irrita. 


Un nervio irritado tiene sus consecuencias y afecta de forma diferente a cada zona que inerva: llevando nutrientes, contrayendo vasos sanguíneos, haciendo trabajar más al órgano que dirige, afectando a su glándula simpática, y demás cosas que aun no es bien sabido y que se me escapa de mi formación. Por tanto, queda claro que la emoción puede contraer el músculo y que este puede irritar al nervio haciendo que la contracción se perpetúe, aumentando la cantidad de toxinas y produciendo las contracturas que todos hemos sufrido alguna vez. Quizá pues, lo difícil no es tanto la contracción voluntaria de un músculo de forma permanente sino la contracción involuntaria. La contracción que se produce de forma subconsciente. Este tipo de contracciones son representativas de nuestro mundo interno, de como nos relacionamos con el mundo y nuestras ideas y que en algún momento de nuestra vida hemos aceptado como necesarias para no sufrir un daño emocional.

Desde la ayurveda, desde el masaje convencional, desde el yoga terapéutico, desde algunas ramas de la psicología, PNL, la biodanza, la relajación o la visualización, la medicina china, osteopatía, etc se pueden tratar este tipo de contracciones musculares. 



Cualquiera que tenga un animal doméstico  como un gato o un perro, si se fija bien, observará que en general sus únicas contracciones musculares se deben a problemas físicos y fisiológicos, nunca a emocionales sostenidas. Esto se debe a que ellos no están separados de sus emociones. Si tienen rabia se enfadan y lo muestran, si están tristes se tumban y lloran. No intentan ser comprensivos o alegres todo el tiempo, no intentan ser el gato lindo o el perro perfecto, y por tanto desahogan todo su tensión emocional vivida, sin restricciones. Una vez soltada esa tensión, el músculo se relaja y los tóxicos generados se empiezan a eliminar.

He observado que en mi trabajo, todas aquellas contracturas tienden a mejorarse mucho más rápido con la calma del paciente. También he observado que ciertas partes del cuerpo, cuando son "soltadas" despiertan emociones atrapadas bajo esa contracción, y es frecuente ver que acaban llorando o tristes. No tanto enfadados, quizá por el ambiente relajado o porque quizá el enfado se puede descargar de forma más eficiente haciendo ejercicios físicos de alta intensidad.

QUÉ ES UNA CONTRACTURA, CAUSAS, REMEDIOS Y TIPOS.

La función de la musculatura de nuestro cuerpo es básicamente contraerse y estirarse para generar movimientos a través de articulaciones. La musculatura estriada, la que se suele contracturar, contiene fibras alargadas que a través de las proteíanas actina y miosina, se produce una contracción de las células musculares. Con el consiguiente gasto de energía.
Una contractura es básicamente, la contracción involuntaria de algunas de estas fibras musculares que suelen permanecer un tiempo superior al necesario para realizar a cabo la actividad física que requiera ese músculo. 

¿Cómo sabemos que tenemos una contractura?


La señal principal es el dolor, seguramente, si has tenido una, te darás cuenta que a la simple palpación duele. También puedes sentir la piel más caliente, rigidez en la musculatura general, y a la palpación podemos notar una zona tensa, un bultito o una fibra dura.
A la vista, podemos ver que quien tiene la contractura tiene una posición antialgica. Por ejemplo, si tenemos una contractura en el trapecio derecho, es probable que inclinemos la cabeza hacia ese lado o subamos el mismo hombro.

¿Por qué duele?

El músculo contraído no duele, en cambio, las contracturas musculares sí. Esto se debe a que las contracturas irritan las terminaciones nerviosas de la zona que se ven siempre presionadas. Y es exactamente eso lo que produce dolor.

¿ Cómo se produce una contractura?

A modo general, se puede hacer una contractura con un sobressfuerzo del músculo, bien por un uso continuado o bien por un esfuerzo de gran intensidad. Subir un piano, por ejemplo sería un ejemplo de un esfuerzo de gran intensidad, y un trabajo en el cual continuamente se tenga que repetir un mismo movimiento, es un ejemplo de esfuerzo continuado.
También se puede producir una contractura cuando se produce un fuerte estiramiento, del músculo. Los receptores de los músculos estirados, están sufriendo cierto estrés, y "para protegerse" se contrae produciendo un espasmo, y sus consecuentes contracturas.

A nivel más profundo, a nivel celular, la contractura se produce por la acumulación de tóxicos desechos metabólicos de la actividad celular que no son desechados y se acumulan en estas zonas contracturadas. 

¿Cómo tratar las contracturas?

Beber agua. Como hemos dicho, el primer paso es facilitar la eliminación de los tóxicos. Es por ello necesario tomar agua para poder expulsarlos.

Magnesio y Potasio. Os sonará que hay que tomar plátano para los calambres. Y es cierto porque este alimento contiene Magnesio y Potasio, dos elementos necesarios tanto como para la contracción como para la relajación del músculo.

Estiramientos. el estiramiento del músculo y sus fibras son necesarios para ir eliminando la zona dolorosa. Este estiramiento debe hacerse de forma relajada. Sea cual sea el estiramiento a realizar: CRAC, estiramiento isométricos, balísticos, pasivos, etc...

Calor: el calor en la zona relajará la zona contracturada, relajando la tensión sobre las raíces nerviosas y ayudando a que las fibras de músculo se distengan.  

Masaje. Dentro de los masajes encontramos muchas técnicas que pueden sernos de muchísima ayuda.  Desde los masajes relajantes, drenantes, estiramientos, técnica Jones, punción seca,...


QUÉ ES UNA CONTRACTURA?



El músculo, en su movimiento, en su trabajo puntual o frecuente tiene que contraerse para producir el movimiento. Podemos clasificar dos grupos de músculos: los internos y los externos.

Los internos, son aquellos que sostienen la articulación y que nos ayudan a mantener una posición recta cuando estamos de pié. Son más pequeños y no producen grandes esfuerzos pero sí constantes.

Los externos, son aquellos músculos que mueven la articulación. Estos producen mayores esfuerzos y de forma puntual. Suelen ser más grandes.

Pues bien, cualquiera de los dos puede sufrir contracturas. Los primeros, por una sobrecarga, una mala higiene postural que nos obligue a tener en tensión ciertos músculos (como puede ser en los trapecios al mantener elevados los hombros), y los segundo por una sobrecarga cuando estaban "frios" o un esfuerzo exagerado.


En cualquier caso, los músculos tienen dos movimientos. Cuando están relajados, están sueltos, están dilatados, distendidos es una de las posiciones. Pero para mover una articulación, los músculos deben contraerse, será el segundo movimiento, la segunda posición. Es este movimiento, la contracción (o acortamiento del músculo) lo que da lugar a la contractura muscular. Al fin y al cabo una es simplemente una contracción puntual en el músculo. Cuando ha realizado un sobreesfuerzo, el músculo pierde la posibilidad de relajarse y volver a la otra posición, a la distensión.

REMEDIOS PARA LA CONTRACCIÓN MUSCULAR.

La contractura muscular, como hemos dicho es una contracción muscular permanente, por eso, los tratamientos adecuados para quitar una contractura son aquellos que le ayudan a relajar y a dilatar el músuclo.

Lo primero que debemos hacer es mantener reposo y dejar la actividad física que estemos realizando. La inflamación es la respuesta a la contractura, así que aplicar frío ayudará a reducir esta. Luego, a los dos días puedes aplicar calor para facilitar la relajación del músculo.

Los masajes con un fisioterapeuta y relajantes también ayudan a deshacer la contractura.

Medicamentos: Antiinflamatorios, relajantes musculares y miorelajantes son los medicamentos más adecuados.

Por último, lo mejor que podemos hacer son estiramientos. Empieza poco a poco y con los días aumentará la elasticidad y el estiramiento del músculo.

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