TRAUMEEL.


Traumeel. Es el nombre de un medicamento de que se administra sin receta pero que últimamente está siendo aconsejada por muchos traumatólogos, fisioterapeutas y médicos que buscan la eficacia de los medicamentos y la mejora de sus pacientes sin descartar otros campos menos normalizados como la homeopatía. Realmente, esta pomada nada tiene que ver con homeopatía, sino con remedios naturales, por así decirlo.

El Traumeel es una pomada, aunque también un inyetable, y también en forma de jarabe, que es antiinflamatorio y regenerativo de alta eficacia compuesto por extractos de diferentes plantas como la Camomila, la Echinacea, Calendula Belladona, etc... todas ellas con propiedades beneficiosas para nuestra salud, en especial para la regeneración de nuestros tegidos y la descongestión de estos.

Se están hablando maravillas de este medicamento, mucha gente está probándolo para tendinitis de rodilla, de codo, hombro, esguinces, contusiones, hematomas, otras tendinitis, bursitis, artrosis, y cualquier proceso inflamatorio del aparato locomotor.



Por supuesto, a la hora de aplicarlo, hay que hacerlo siempre bajo prescripción médica. Es importante la supervisión, para sacar el máximo probrecho y para estar seguros que no arriesgamos nuestra salud, como en problemas de alergia, de indigestión, riesgos para embarazo, diabetes y otros...

En fin, este puede ser una alternativa a medicamentos que tengan efectos secundarios perjudiciales.

*Por cierto, menuda publicidad le he hecho a Traumeel. Ficha técnica Aquí.

QUÉ ES UNA CONTRACTURA?



El músculo, en su movimiento, en su trabajo puntual o frecuente tiene que contraerse para producir el movimiento. Podemos clasificar dos grupos de músculos: los internos y los externos.

Los internos, son aquellos que sostienen la articulación y que nos ayudan a mantener una posición recta cuando estamos de pié. Son más pequeños y no producen grandes esfuerzos pero sí constantes.

Los externos, son aquellos músculos que mueven la articulación. Estos producen mayores esfuerzos y de forma puntual. Suelen ser más grandes.

Pues bien, cualquiera de los dos puede sufrir contracturas. Los primeros, por una sobrecarga, una mala higiene postural que nos obligue a tener en tensión ciertos músculos (como puede ser en los trapecios al mantener elevados los hombros), y los segundo por una sobrecarga cuando estaban "frios" o un esfuerzo exagerado.


En cualquier caso, los músculos tienen dos movimientos. Cuando están relajados, están sueltos, están dilatados, distendidos es una de las posiciones. Pero para mover una articulación, los músculos deben contraerse, será el segundo movimiento, la segunda posición. Es este movimiento, la contracción (o acortamiento del músculo) lo que da lugar a la contractura muscular. Al fin y al cabo una es simplemente una contracción puntual en el músculo. Cuando ha realizado un sobreesfuerzo, el músculo pierde la posibilidad de relajarse y volver a la otra posición, a la distensión.

REMEDIOS PARA LA CONTRACCIÓN MUSCULAR.

La contractura muscular, como hemos dicho es una contracción muscular permanente, por eso, los tratamientos adecuados para quitar una contractura son aquellos que le ayudan a relajar y a dilatar el músuclo.

Lo primero que debemos hacer es mantener reposo y dejar la actividad física que estemos realizando. La inflamación es la respuesta a la contractura, así que aplicar frío ayudará a reducir esta. Luego, a los dos días puedes aplicar calor para facilitar la relajación del músculo.

Los masajes con un fisioterapeuta y relajantes también ayudan a deshacer la contractura.

Medicamentos: Antiinflamatorios, relajantes musculares y miorelajantes son los medicamentos más adecuados.

Por último, lo mejor que podemos hacer son estiramientos. Empieza poco a poco y con los días aumentará la elasticidad y el estiramiento del músculo.

BURSITIS EN LA RODILLA.

La bursitis es la inflamación de la bursa. Una estructura en forma de bolsa llena de líquido que facilita el movimiento entre tendones, músculos y huesos. Cuando esta se inflama también puede afectar al tendón, sobre carga muscular, dificultad de movimiento, dolor, y en concreto, el caso de la rodilla puede producir daños y sobrecarga en los músculos encargados del impulso al caminar y correr como el recto femoral (cuádriceps) o la inserción del gemelo superior con los codillos femorales (rodilla). Además la bursitis en la rodilla también puede afectar a los ligamentos cruzados y a la rótula.

¿Y por qué se produce la bursitis?

Pues en principio, se puede producir por muchas causas: una infección, un traumatismo, una sobrecarga crónica, una artritis reumatoide, una gota , etc... .

En general, las bursitis suelen responder bien al tratamiento. Si por ejemplo se debe a una infección, el remedio consistirá en combatir las bacterias con algún antibiótico específico. Y hablando de medicamentos, otros usados para la reducir la inflamación de la bursa serán los antiinflamatorios no esteroideo.


Si la bursitis se produce haciendo ejercicio, por sobrecarga o por un traumatismo, lo primero que debemos hacer es mantener reposo total inmediatamente después aplicar hielo. Si la inflamación produce dolor puedes tomar los antiinflamatorios y aplicar calor para relajar la zona eliminando la rigidez.

Lo ideal sería pues acudir al fisioterapeuta para que compruebe la gravedad y que descargue la zona. Además nos marcará las pautas de la recuperación y la vuelta a la actividad, y nos puede aconsejar ciertos ejercicios beneficiosos.

Si la bursitis es grave y se produce una inflamación excesiva, sea cual sea la causa, el personal sanitario puede drenar la bolsa, reduciendo así la inflamación. Y si se complica el caso, que se da muy pocas veces, se puede realizar una bursectomía o extracción de la bursa.

¿Qué puedo hacer para prevenir la bursitis?

Sobre todo, para los casos de sobrecarga muscular, es realizar ejercicios de estiramientos. Tanto al principio de hacer ejercicios como al final. También puedes masajear la zona después de realizar deporte.

Al realizar ejercicios, debemos empezar poco a poco y tener en cuenta que no debemos forzarnos hasta que no sintamos que los músculos se encuentran calientes y estirados preparados para realizar el esfuerzo.

En ocasiones la bursitis en la rodilla también surge por trabajos repetitivos donde tenemos que estar arrodillados y presionando la rodilla. También se le conoce como rodilla de criada, rodillas de clérigo, rodilla de sirvienta, etc.  Para estos casos, lo ideal es usar protectores que sirvan para acolchar la continua presión sobre la rodilla.

Para evitar los problemas de artritis y de gota, la alimentación y el ejercicio junto con la eliminación de malos hábitos posturales pueden retrasar estos problemas.


ERRORES CON EL SILLÍN.

Si utilizamos la bici como un método frecuente de hacer deporte, tenemos que tener en cuenta que la posición del sillín es de suma importancia, más de lo que podemos pensar. Haciendo rutas, podemos pedalear miles de veces, repetimos el movimiento miles de veces y si no se hace correctamente, repetir tanto un movimiento inadecuado puede proporcionarnos fracturas, sobrecargas y inflamaciones... Si haces bici: ciclismo, MTB, etc. puedes que hayas sufrido algún dolor, y depende de donde se produzca, nos darán pistas de qué es aquello que hacemos mal en referencia al sillín y el manillar:

Dolor en la parte posterior de la rodilla y el lumbago:
Este típico dolor se debe a que tenemos el sillín sillín demasiado alto.
Al tener el sillín alto, obligamos a que en cada pedaleada tengamos que estirar más la pierna para llegar al final del recorrido. En concreto estiramos el pié (sobrecargando el gemelo y tendón de aquiles), pero si no tenemos las calas o calapiés, es más fácil desplazar la cadera para llegar al final de la pedaleada, produciendo dolores en el lumbago.
También puede deberse a tener el sillín atrasado.

Dolor en la parte anterior de la rodilla:
Esto se debe a que tenemos el sillín demasiado bajo.
Para pedalear tenemos que forzar la flexión de la rodilla y de la rótula. Además el movimiento no descarga al no estirar completamente la pierna.
También puede deberse a tener el sillín muy adelantado.

Puede que el sillín esté bien colocado en relación a la pedaleada no obstante puede que en relación almanillar no tenga la posición adecuada. Un manillar demasiado bajo con respecto al sillín, sí es cierto que es más aerodinámico, pero puede producir molestias como dolor en el perineo, adormecimiento de genitales y dolores lumbares, además se relaciona con problemas prostáticos.
También la inclinación del sillín puede provocar estos problemas. Y aunque en general se inclina un poco hacia abajo, en cada caso deberá ajustarse a su uso, a la actividad, al peso y al gusto de cada persona.

En este vídeo nos muestran cómo ajustar el sillín a la altura adecuada.



Elegir las zapatillas para correr.

Las zapatillas son el componente más importante a considerar si queremos evitar los problemas al correr. Y es imprescindible elegir correctamente el tipo de zapatillas que queremos según nuestras necesidades.

En primer lugar, ten en cuenta que siempre puedes dejarte aconsejar por el vendedor. Por eso conviene ir a tiendas especializadas donde te puedan recomendar qué tipo de zapatillas según lo que harás, por donde correrás, el tiempo, el peso, la frecuencia, tu anatomía, tu pisada, etc...

Veamos pues, algunos consejos para tener idea de qué zapatillas son las ideales para ti.


La talla- es recomendable que las zapatillas no vengan justas. Un número más, o medio centímetro más desde el final de los dedos, es lo ideal. Si nos compramos un numero justo, es fácil que al correr nos duelan los dedos, nos salgan ampollas, problemas en uñas, durezas, callos...

Suela y su utilidad- La suela de la zapatilla debe ser elegida según la utilidad que se le de. No es lo mismo utilizar las zapatillas para competir que para entrenar, no es lo mismo utilizarlas para ir por hierba que para ir por asfalto. Así que veamos:

  • Para correr por la montaña, la suela debe tener un dibujo muy marcado, si tiene tacos mejor.
  • Por tierra o hierba el dibujo no tiene porqué ser tan marcado.
  • Para asfalto o en pistas, la suela es casi lisa.
  • Si las vas a utilizar para competir, es mejor que la suela sea más delgada para sacar el máximo rendimiento a la pisada.
  • Si son para entrenar la suela debe ser ser capaz de absorber los continuos golpes para evitar dañar las articulaciones. También si tiene sobrepeso o empieza a practicar.


Pronadores, neutros o supinadores- Dependiendo de si la pisada se inclina hacia el interior (pronador), hacia al exterior (supinador) o se mantiene alineada, es conveniente seleccionar unas zapatillas u otras. Esto lo puedes descubrir símplemente comprobando que zona de unas zapatillas viejas están más desgastadas. No obstante, en las tiendas especializadas pueden realizarte una prueba para verificarlo. Dependiendo de si eres pronador o supinadores te convendrán algún tipo de zapatillas que tengan reforzada la parte interior de la zapatilla o la parte exterior. De este modo se trata de contrarrestar un vicio que puede afectarnos seriamente.



A la hora de probarse las zapatillas conviene hacerlo con las dos del mismo par, piensa que tenemos un pie más grande e incluso más desarrollado que el otro. Además hay que caminar con ellas o correr unos pocos metros para ver si vas cómodo. Además, se aconseja probarse las zapatillas por la tarde, después de todo el día. Es por la tarde como encontraremos el pie más parecido a cuando estamos corriendo: cansado, hinchado, con alguna molestia, etc... si las compramos cuando el pie está "fresco" luego puede que no nos sea tan cómodo.

Por último fíjate en los dedos y en el talón. El talón debe estar bien calzado, mejor que no baile para evitar rozaduras. Además, así evitaremos la tendinitis del tendón de Aquiles.
Los dedos deben poder moverse, nunca se montarán un encima del otro por la presión de la zapatilla.

Y recuerda, que unas zapatillas sean buenas para un amigo tuyo no quiere decir que lo sean para ti. Ves probando y probando porque merece la pena.
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